A más pensamientos negativos, mayor actividad en el córtex derecho del cerebro y en consecuencia, mayor ansiedad, depresión, envidia y hostilidad hacia los demás.
Por el contrario, quien trabaja en pensar bien de los demás
y ver el lado amable de la vida,
ejercita el córtex izquierdo,
elevando las emociones placenteras y la felicidad.
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